viernes, 29 de abril de 2016

Condenada por ser mujer y por ser pobre

A las 3 de la mañana del 21 de marzo de 2014 Belén ingresó al Hospital Avellaneda con fuertes dolores abdominales, se le diagnosticó un aborto espontáneo de un embarazo de 22 semanas, se le suministraron calmantes y luego se la condujo a un consultorio a la espera de ser atendida. Minutos después pidió ir al baño, cuando volvió expresó que había soltado un coágulo y que se sentía mal. A partir de allí el trato que le dispensó el personal del hospital comenzó a cambiar, Belén dejó de ser una paciente y se convirtió en sospechosa. Tras la orden del médico que la atendía, una de las enfermeras se dirigió al baño para revisar qué era lo que había expulsado la joven. La enfermera se dirigió a uno de los tantos baños del hospital y encontró el coágulo, luego, acompañada de personal policial, poniéndose un guante, examinó el desagüe de uno de los inodoros y encontró un feto, después se dirigieron a la sala de partos y preguntaron si había alguien que tuviera un aborto, señalaron a Belén. Con esto el personal del hospital dio aviso a la justicia por lo que se dispuso que la paciente quedara detenida en el hospital hasta que le dieron el alta médica, luego fue conducida al penal de mujeres. Dos años después se desarrolló el juicio oral donde un tribunal encontró a la joven culpable del delito de homicidio agravado por el vínculo y por alevosía, sin embargo fue condenada a 8 años de prisión por haber actuado en estado de shock.  

"Dos años estuvo Belén presa porque es una mujer joven y pobre. Quienes debían cuidar su salud la acusaron, quienes debían defenderla ante la justicia no le creyeron, quienes debían garantizar sus derechos la condenaron". Este es el razonamiento que hace su abogada la Dra. Soledad Deza quién se hizo cargo de la defensa días antes de que se dictara sentencia. Según explica el procedimiento judicial fue totalmente improcedente. "Lo primero que se hizo fue violar el secreto profesional, los médicos del hospital Avellaneda no tienen potestad para acusar a la joven y son los únicos testigos de la causa y por si fuera poco sus declaraciones son contradictorias". Por otro lado no existe una sola prueba que vincule a Belén con el feto que se encontró, "ella tenía 20-22 semanas de embarazo y el feto 32 semanas de gestación, durante todo el proceso judicial no se realizó un estudio de ADN para comprobar la filiación". Según la justicia el Belén tuvo un parto en el baño, cortó el cordón umbilical, mató a su bebé y lo tiró al inodoro en los 5 minutos que estuvo en el baño y que constan en la historia clínica y en los testimonios.     
A los ojos de la Dra. Deza este es un caso de criminalización contra una joven mujer pobre e indefensa. Lo que se hizo fue tomar el feto que encontraron y buscaron culpabilizar a alguien, allí estaba esta chica. La justicia no hizo menos; creyó en los testimonios de los profesionales que tienen un status social y desestimó el de Belén y su familia quienes se hartaron de repetir que ni siquiera sabían que estaba embarazada. Es por eso que desde la defensa se buscará excarcelar a Belén hasta que la corte Suprema de Justicia de la Provincia evalúe el caso. 
El próximo martes las Mumala acompañaremos la lectura del fallo para exigir la inmediata libertad de Belén y terminar con la criminalización de las mujeres, asimismo exigimos que se garantice nuestro derecho a la salud integral.